La lengua de signos es una lengua natural con la mismas características y funciones que cualquier otra lengua, pero en lugar de ser oral, su carácter es visual, gestual y espacial, con una gramática propia.
Surge para poder facilitar la comunicación de personas con sordera o dificultades para la comunicación oral, convirtiéndose así en una herramienta poderosa de comunicación e interacción social. Pero, además, la lengua de signos es de gran utilidad para todas las personas y, en especial, para los más pequeños, ya que facilita el aprendizaje en general, potencia el acceso a la lengua oral, mejora las capacidades expresivas y favorece la inclusión e interacción.
Gracias a la lengua de signos, millones de personas en todo el mundo pueden comunicarse. Debido a su importancia, la legislación educativa contempla la introducción de una materia sobre la lengua de signos; de hecho, en algunos centros escolares se incorpora ya como una materia más.
La lengua de signos como lengua natural
La lengua de signos posee las propiedades y complejidades de cualquier otro tipo de lengua oral. Se puede considerar lengua natural, ya que:
- Tiene una fonología propia, abstracta, que se conoce como querología. Así, cada movimiento de mano, orientación, movimiento, punto de contacto, etc., se asocia a un elemento concreto.
- Tiene una sintaxis con principios generales, y cuenta con sus procesos morfológicos.
- Se organiza por unidades elementales sin significado propio, los lexemas.
- La adquisición del lenguaje de signos sigue un proceso similar al de la adquisición de otro tipo de lengua.
- Existen comunidades de hablantes y dialectos propios, modismos propios de cada comunidad. Es una lengua sujeta al cambio lingüístico universal.
Por qué aprender lengua de signos
La lengua de signos se convierte en un lenguaje con grandes ventajas y potenciales de aprendizaje. La primera ventaja es la de ayudar a cerrar la brecha de accesibilidad y mejorar la comunicación entre las personas, oyentes y no oyentes.
Aprender la lengua de signos tiene las mismas ventajas que aprender otro tipo de idioma, pero al ser un lenguaje perceptivo tiene otros beneficios:
- Mejora la percepción visual: al ser un lenguaje visual, permite potenciar la percepción visual.
- Favorece la atención: el prestar atención a los signos particulares, permite trabajar la atención.
- Potencia la expresión y la comunicación: el lenguaje de signos puede servir para apoyar el lenguaje oral y ayuda a las personas a potenciar sus capacidades de expresión verbal y no verbal.
- Mejora la expresividad y, a través de ello, se desarrollan las capacidades artísticas.
- Aumenta la memoria: se trabajan funciones del cerebro que permiten otro tipo de decodificación de signos, mejorando así la memoria, la agilidad mental o la resolución de problemas.
- Enriquece las interacciones sociales: nos permite expresarnos y comprender mejor a los otros a través de sus gestos.
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