La realidad cotidiana en la sociedad moderna incluye niveles significativos de estrés. No solo es una experiencia común para los adultos, sino que también afecta a muchos niños y niñas. La comprensión de los efectos perjudiciales de la exposición prolongada al estrés ha llevado a la necesidad crítica de implementar estrategias efectivas para gestionar las emociones desde la infancia. Descubre cómo abordar el estrés en todas las edades y fomentar un bienestar emocional duradero.
El estrés y sus efectos negativos
El estrés es la respuesta natural del organismo cuando las exigencias del entorno superan la capacidad adaptativa de una persona. Se manifiesta cuando las situaciones rebasan su capacidad de respuesta. Este mecanismo desencadena una estimulación en el cerebro, el sistema nervioso y el sistema endocrino para abordar la situación.
En situaciones puntuales, esta respuesta puede ser beneficiosa para resolver problemas, sin efectos negativos. Sin embargo, en estados prolongados de estrés, el cuerpo se prepara constantemente para la lucha o la huida. Los niveles de cortisol, adrenalina y noradrenalina se elevan, provocando consecuencias adversas como:
- - Fatiga extrema.
- - Problemas de memoria y concentración.
- - Cambios de humor.
- - Dolencias y enfermedades como alteraciones intestinales, dolores musculares y problemas en la piel.
Exponer a niños y niñas a estrés crónico afectará diversos aspectos de sus vidas cotidianas, incluyendo su estado de ánimo, relaciones sociales, rendimiento académico y comportamiento. Descubre cómo manejar el estrés en niños y promover un entorno saludable.
Qué causa estrés en los niños y niñas
El estrés en niños y niñas puede originarse por el exceso de tareas, horarios sobrecargados, demandas y responsabilidades excesivas, prisas, y un entorno tenso (problemas familiares, estrés parental, uso excesivo de pantallas, etc.).
Es crucial ayudar a los niños y niñas a gestionar sus emociones y enfrentar el estrés desde temprana edad. Dado que tienen un sistema nervioso en desarrollo y carecen de estrategias para manejar sus estados emocionales, son más vulnerables al estrés y sus efectos.
Las señales de estrés en niños y niñas varían, ya que cada uno responde de manera diferente. Algunos signos comunes pueden incluir:
- - Cambios de humor e irritabilidad.
- - Baja autoestima.
- - Problemas de sueño: insomnio, pesadillas, terrores nocturnos, etc.
- - Alteraciones en el control de esfínteres, enuresis, etc.
- - Problemas en el rendimiento escolar y dificultades para concentrarse.
- - Fatiga, apatía y dejadez.
- - Cambios en la conducta, como contestaciones, rechazo de actividades que antes disfrutaban, muestra de más cariño de lo habitual, etc.
- - Dolencias físicas como problemas digestivos, dolores de cabeza, malestar general, etc.
Descubre cómo identificar y abordar el estrés en niños para fomentar su bienestar emocional.
Cómo ayudar a los niños y niñas a gestionar las emociones y a manejar el estrés
Es esencial estar alerta a estas señales y apoyar a los niños y niñas en la gestión de emociones y el estrés. Aquí hay algunos consejos prácticos:
- - Desarrollar estrategias emocionales propias: los niños necesitan adultos que gestionen sus emociones y les ayuden a hacer lo mismo.
- - Ambiente tranquilo: fomentar un entorno sereno sin estímulos abrumadores para no sobrecargar al niño/a.
- - Generar confianza: crear un clima de confianza para que los niños se sientan seguros al expresar sus emociones.
- - Escucha activa: escuchar atentamente sin ofrecer soluciones inmediatas, permitiendo que el niño/a exprese libremente sus sentimientos.
- - Enseñar técnicas de relajación: introducir estrategias como la respiración, mindfulness o yoga para ayudarles a relajarse.
- - Comunicación en situaciones activas: facilitar la comunicación en situaciones de juego o actividades creativas donde los niños se sientan más cómodos.
- - Evitar horarios sobrecargados: dejar tiempo para el juego, el ocio y momentos de distensión.
- - Actividades al aire libre: promover actividades al aire libre y movimiento, formas naturales de estabilizar el organismo.