Cuando un niño aprende a escribir, comienza a reconocer qué letra corresponde a cada sonido y cómo se forma cada una. Este conocimiento es fundamental, pero no suficiente; para escribir correctamente, es necesario que el niño aprenda a trazar cada letra de forma legible y ordenada. Una escritura desordenada o poco clara puede hacer que el texto sea difícil de entender, por lo que escribir bien también implica desarrollar una caligrafía comprensible y estructurada.
Letra legible o ilegible
El trazado de las letras, conocido como caligrafía, es único en cada persona y refleja el funcionamiento de diversos procesos complejos, como la planificación, la coordinación, la percepción visual y las habilidades motoras. Cada palabra que un niño escribe es el resultado de estos procesos mentales, y su escritura puede dar indicios sobre el desarrollo de áreas como la conducta o las emociones.
La escritura es un proceso complejo que requiere distintas habilidades, las cuales se consolidan a lo largo del tiempo mediante esquemas mentales que se van automatizando con práctica y paciencia. Para lograr un buen desarrollo en esta habilidad, es importante prestar atención a la letra, comprender las bases del proceso y acompañarlo con respeto y constancia.
Cómo mejorar la letra ilegible o desordenada
- Acompañar el proceso. Recuerda que es un aprendizaje y que va a precisar tiempo. Evita emociones negativas o presiones innecesarias, si no escribe bien es porque todavía no puede. Una presión innecesaria puede provocar rechazo y afectar a la autoestima del niño/a.
Trabajar la motricidad.
- El trabajo corporal y de la motricidad será la base que ayudará al niño/a en la coordinación de su mano para trazar la letra de manera correcta. Las tareas que supongan, más allá de la escritura, el desarrollo de habilidades motrices serán claves para un trazado preciso y legible. En este aspecto está claro que el trabajo en motricidad fina es esencial, pero no debemos cometer el error de dejar a un lado la motricidad gruesa. El trabajo de los grupos musculares ayuda a la creación de esquemas mentales que favorecen la coordinación y precisión, así como el desarrollo de un buen esquema corporal y habilidades viso-perceptivas y viso-espaciales.
Algunas actividades para esto pueden ser:
- o La plastilina, el dibujo, la arena, insertar, enroscar, moldear, construcciones, pintura con las manos, abrochar y desabrochar, etc. Cómo habilidades de motricidad fina.
- o Como habilidades de motricidad gruesa, columpios, rampas, deportes o juegos de equipo.
- o Algunos juegos o actividades que combinan motricidad gruesa y fina pueden ser juegos con cuerdas o pañuelos, encestar, encajar, juegos como los bolos o el minigolf, etc.
- Desarrollar habilidades viso-perceptivas y viso-espaciales. La escritura y los procesos implicados requieren ejercitar la visión y la percepción, ya que estas habilidades serán muy importantes para el trazado de la letra de manera legible y organizada. Algunas tareas que podemos hacer:
- o Buscar diferencias entre dos dibujos, copiar un dibujo, trazar la simetría.
- o Juegos de construcciones o circuitos.
- o Buscar una letra o palabra.
- o Seguir con la mirada.
- o Hacer puzles o rompecabezas.
- o Construir torres.
- o Seguir líneas de puntos.
- Estimular la escritura. Desarrollar las habilidades practicando la escritura, una vez trabajada motricidad y habilidades visoperceptivas, es importante para la creación de esquemas ajustados. En este sentido es importante seguir algunas pautas:
- o Olvidarse de métodos demasiado mecánicos y estrictos que llevarán al aburrimiento y rechazo.
- o Trabajar con el trazado de las letras, prestando atención a cada letra. Cada día un poquito, sin llegar a cansarse.
- o Empezar por prestar atención a cómo se coge el lápiz, la postura para escribir, colocación del cuaderno, etc. y ayudarles a encontrar una postura adecuada que facilite el proceso.
- o Experimentar con diferentes colores o tipos de lápices, así como trazados.
- o Asociar las letras a dibujos de cosas que puedan hacer más entretenido el trazado.