El hogar, junto con todos y cada uno de los estímulos que los niños pueden encontrar en él, sin duda ayuda a que ellos mismos exploren y aprendan a desarrollar sus mejores habilidades.
Es importante recordar que la educación no solo viene de la mano del aprendizaje escolar. El día a día, dentro y fuera de casa, es uno de los actores protagonistas de nuestra historia.
Es por ello que las manualidades se convierten en uno de nuestros mejores aliados para trabajar la psicomotricidad fina (es decir, la precisión y el buen acabado). Aprender a utilizar herramientas como las tijeras, los rotuladores o los pinceles les ayudará progresivamente a afinar los detalles. El principal objetivo es conseguir que poco a poco los niños mejoren el manejo de los elementos que tienen alrededor. Y por ello es importante delimitar qué zonas tienen que pintar o las líneas por las que deben cortar como sucede en los cuadernos de colorear y educación infantil.